Con cada día que pasa mi realidad vale menos. Es intensa y sin orden, imprevisible y ardua.
¿Qué puede hacer la realidad? Te da hambre, sed, insatisfacción. Causa dolor, transmite enfermedades, obedece leyes ridículas. Pero, ante todo, es finita. Siempre conduce a la muerte.
Lo que cuenta y da fuerza son otras cosas: las ideas, las pasiones e, incluso, la locura. Todo lo que se eleva por encima de la razón.
Le retiro mi aprobación a la realidad. Me niego a colaborar con ella. Me entrego a las tentaciones de los que aspiran a algo que está más allá de este mundo y me lanzo con todo mi corazón a la infinidad de lo irreal.
Un poco lioso. Pero vamos, en resumen. Paso de lo que dicen y hago lo que me sale de los cojones.
ResponderEliminarEs eso ¿No?
Algo así también he pillado yo jajaja y si es eso espero que sea cierto y lo cumplas a rajatabla. Es patético dejarse llevar por los demás.
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