Cuando nos transformamos, no dejamos de
hacerlo nunca. Cambiamos. No completamente, pero nos adaptamos más o menos a nuestra
nueva forma o a nuestros nuevos sentimientos. Lo más difícil en este proceso natural es dejarse
llevar y permitir que ocurra. Hay un momento y un lugar para cada cosa. Un
momento en la vida para ser alguien, y luego una vez pasado, una oportunidad
para transformarse en alguien más. Y, si tenemos suerte, hay también un momento
para amar a una persona, y transformarse en una persona amada.
Creo que definitivamente, me quedo con el fr í o. Odio sudar, y ése es un aspecto que me ahorro si paso fr í o; además, el fr í o se combate fácilmente tapándote o abrigándote mucho, incluso puedes estar cálido yendo por la calle. Pero si hace calor, por muy desprovisto de ropa que vayas por la calle, vas a tener calor. Y en casa, a menos que enciendas el aire acondicionado o tengas el ventilador justo frente a la cara, no se te calmará el calor, porque dándote una ducha solo calmarás el calor momentáneamente. Además, ¿y lo cómodo que se está en la cama, con las mantas, o en mi caso un edredón nórdico, cubierto hasta las orejas y sintiendo el peso de esas mantas sobre ti? Y más si estás en la cama y está lloviendo. Me encanta quedarme dormido escuchando la lluvia fuera. ¿Y qué tiene de bueno el calor? ¿Qué ocurre en la época en la que tienes vacaciones, obviando el tiempo de calor en primavera? Porque no se me ocurren más ventajas, además de la de parecer que estás en u...
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