Haciendo una pausa en todas estas
entradas “filosóficas de la vida“, aprovecho para decir que, el día 16, me saqué por fin el carné de conducir, tras 52
clases y 1500€, por fin soy oficialmente un peligro al volante. Ya cogí un par de veces mi coche, un Kia Rio, y me defiendo bien. El único inconveniente es
acostumbrarme a sus pedales, a que es de gasolina, y a las medidas. Por lo demás,
todo bien.
A veces deberíamos esforzarnos más por conservar a quienes nos quieren. ¿Piensas alguna vez en cuántas personas conocemos a lo largo de nuestras vidas? Formamos amistades, nos enamoramos, se rompen nuestros corazones, relaciones terminan, se crean distancias. Viajamos, cambiamos de dirección, cambiamos nuestras formas de pensar, desarrollamos sentimientos, perdemos interés, un ciclo continuo de amor y pérdida en formas distintas. Es la forma humana. Los términos de relaciones, de cualquier ámbito, pueden ser brutales y cambiar tu vida, sí. Pero también hay relaciones que se pierden sin decir una sola palabra. Tal como dice Koty Neelis, son las amistades que has tenido por años con personas y que eventualmente llegan a un alto. No te das cuenta de que se han ido hasta que un día despiertas y recuerdas un momento agradable, y de repente te das cuenta de que no puedes recordar cuándo fue la última vez que hablaste con esa persona sobre algo significativo. A veces pienso sobre el por...
Pues ahora mucho cuidadito con los demás. Que el gran peligro no eres tu, sino los locos que hay por Sevilla al volante. Y sobre tus entradas filosófica, te diré que son interesante, aunque algunas son discutibles. xD
ResponderEliminar