Ir al contenido principal

El miedo

El miedo es necesario
De pequeños, la vida se nos antoja extraña y desconocida. Los adultos nos cuentan historias sobre brujas, bosques encantados, ogros o fantasmas. No lo hacen por el hecho perverso de asustarnos, sino para hablarnos de la realidad de la vida con un lenguaje que podamos entender. Porque el miedo es algo universal y por eso existen los cuentos infantiles de terror (véase Perrault o los hermanos Grimm), para explicarnos cómo funciona la vida y para hacernos capaces de comprender sus verdades sin la necesidad de que la miremos de cerca.

Esos relatos no solo nos aleccionan sobre el comportamiento con ideas como que el mal es cruel y nocivo y que, a la larga, siempre pasa factura, sino que, de algún modo, ese viaje de la infancia a la madurez se emprende a partir de esos cuentos de terror, pues nos convertimos en adultos cuando somos capaces de transformar nuestros monstruos imaginarios en los monstruos reales que pueblan la realidad adulta.

Las historias de terror son necesarias para entender y aceptar el día a día, para enfrentarnos a la vida. Porque el miedo no es solo cosa de niños, aunque nos sintamos como un niño cuando lo irracional y lo desconocido irrumpe y corrompe nuestra vida racional.

Comentarios

  1. Y luego llega Disney y nos hace creer que la vida es maravillosa, que existe un príncipe azul y que todos nuestros sueños se harán realidad.

    Cacaaa!! todo mentiraaaa!!

    Un saludo!! :)

    PD: Disfruta de tus merecidas vacaciones!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Por Tu Culpa

Por tu culpa he perdido dos horas y media de la mañana de mi último día de fiesta. Por tu culpa perderé otras dos esta tarde. Esto no te lo perdono, Inmanuel Kant xD Pues eso, que mañana tengo la primera parte del examen de Historia de la Filosofía, y tengo que estudiarme la teoría de Kant; el jueves tengo la parte de su contexto histórico-filosófico y la actualidad y comparación con la teoría de Platón =_= Dadme ánimos, espero no suspenderlo como el anterior, de Locke.

Yo IV

Link a Yo III Link a Yo V #62 Siempre he estado obsesionado con eso de que se muera alguien conocido mío, y medianamente cercano al menos, y no haberme podido despedir. Aunque sea una tontería, cuando me voy a la cama a dormir, me despido en general de todos, mentalmente. Así   me quedo más tranquilo. Tontería grande, lo sé. #63 El tema de hacer las maletas siempre lo dejo para el último momento. Soy incapaz de hacerla como dos o tres días antes, como hace la gente con la que hablo. #64 Soy muy despistado. Tanto, que pienso en alguna frase para el nuevo “Soy”, me dirijo a cualquier sitio para apuntarlo, y ya se me ha olvidado. O hablar con alguien, pararme en seco y decir: “¿Y pa qué te estaba contando yo esto?”( Es más, esto ya lo dije en mi anterior “Yo”, pero así   lo amplío) #65 Al ponerme las lentillas, siempre lo hago de derecha a izquierda pero, cuando me las quito, lo hago de izquierda a derecha. (Shere, esto lo cogí   de tu Soy 8,  ...

Zzzzzombiiieees

Mientras que la mitología vampírica reflexiona en torno al amor y al deseo sexual y los hombres-lobo apuntan hacia la animalidad del hombre, los zombies -seres planos que jamás empatizan con sus víctimas- suelen ofrecer una lectura más sociopolítica. Desde hace relativamente poco, cuando parecía que el tema de los vampiros estaba demasiado manido por culpa de la saga Crepúsculo, pareció que todos se pusieron de acuerdo en explotar el tema de los zombies. Y los hay, rápidos, listos, lentos, tontos… Pero la cosa comenzó a cambiar con la película “Warm Bodies” o “Memorias de un zombie adolescente”, en el que se nos mostraba una nueva faceta del “zombie que puede amar y humanizarse ”