Ir al contenido principal

Tesoros dolorosos de la mente

La mayoría de la gente considera secretos los que no lo son en realidad. Los misterios, por ejemplo, no son secretos, Tampoco lo son los hechos poco conocidos ni las verdades olvidadas. Un secreto es un conocimiento cierto activamente ocultado.

Existen dos tipos de secretos: Secretos de la boca, y secretos del corazón.
La mayoría de los secretos son secretos de la boca. Chismes compartidos y pequeños escándalos susurrados. Estos secretos ansían liberarse por el mundo. Un secreto de la boca es como una china en el zapato: al principio apenas la notas, luego se vuelve molesta, y finalmente, insoportable. Los secretos de la boca crecen cuanto más los guardas, y se hinchan hasta presionar contra tus labios. Luchan por que los liberes.

Los secretos del corazón son diferentes. Son íntimos y dolorosos, y queremos, ante todo, esconderlos al mundo. No se hinchan ni presionan buscando una salida. Moran en el corazón y cuanto más se los guarda, más pesados se vuelven.
Es mejor tener la boca llena de veneno que un secreto del corazón. Cualquiera sabe escupir el veneno, pero nosotros guardamos esos tesoros dolorosos. Tragamos para contenerlos todos los días, y los obligamos a permanecer en lo más profundo de nosotros. Allí se quedan, volviéndose cada vez más pesados, enconándose. Con el tiepo, no pueden evitar aplastar el corazón que lo contiene. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Por Tu Culpa

Por tu culpa he perdido dos horas y media de la mañana de mi último día de fiesta. Por tu culpa perderé otras dos esta tarde. Esto no te lo perdono, Inmanuel Kant xD Pues eso, que mañana tengo la primera parte del examen de Historia de la Filosofía, y tengo que estudiarme la teoría de Kant; el jueves tengo la parte de su contexto histórico-filosófico y la actualidad y comparación con la teoría de Platón =_= Dadme ánimos, espero no suspenderlo como el anterior, de Locke.

Yo IV

Link a Yo III Link a Yo V #62 Siempre he estado obsesionado con eso de que se muera alguien conocido mío, y medianamente cercano al menos, y no haberme podido despedir. Aunque sea una tontería, cuando me voy a la cama a dormir, me despido en general de todos, mentalmente. Así   me quedo más tranquilo. Tontería grande, lo sé. #63 El tema de hacer las maletas siempre lo dejo para el último momento. Soy incapaz de hacerla como dos o tres días antes, como hace la gente con la que hablo. #64 Soy muy despistado. Tanto, que pienso en alguna frase para el nuevo “Soy”, me dirijo a cualquier sitio para apuntarlo, y ya se me ha olvidado. O hablar con alguien, pararme en seco y decir: “¿Y pa qué te estaba contando yo esto?”( Es más, esto ya lo dije en mi anterior “Yo”, pero así   lo amplío) #65 Al ponerme las lentillas, siempre lo hago de derecha a izquierda pero, cuando me las quito, lo hago de izquierda a derecha. (Shere, esto lo cogí   de tu Soy 8,  ...

Zzzzzombiiieees

Mientras que la mitología vampírica reflexiona en torno al amor y al deseo sexual y los hombres-lobo apuntan hacia la animalidad del hombre, los zombies -seres planos que jamás empatizan con sus víctimas- suelen ofrecer una lectura más sociopolítica. Desde hace relativamente poco, cuando parecía que el tema de los vampiros estaba demasiado manido por culpa de la saga Crepúsculo, pareció que todos se pusieron de acuerdo en explotar el tema de los zombies. Y los hay, rápidos, listos, lentos, tontos… Pero la cosa comenzó a cambiar con la película “Warm Bodies” o “Memorias de un zombie adolescente”, en el que se nos mostraba una nueva faceta del “zombie que puede amar y humanizarse ”